La soldadura TIG es sinónimo de precisión, limpieza y control absoluto. Pero lograr un cordón perfecto no depende solo de la destreza del operario: también intervienen factores técnicos que, si no están bien resueltos, comprometen todo el proceso. En especial, existen tres pilares críticos que determinan el resultado final de una soldadura TIG profesional:
1. Protección de gas: cobertura total del baño de fusión
El gas de protección es responsable de evitar la oxidación del baño de fusión durante el proceso. En teoría, basta con un flujo estable de argón. En la práctica, sin embargo, muchos consumibles estándar no garantizan una envolvente de gas uniforme, especialmente cuando se trabaja con:
- "Stick-out" largo del electrodo
- Geometrías cerradas o tubos
- Viento cruzado o ventilación cercana
Esto provoca poros, coloración superficial y pérdida de calidad, especialmente en materiales reactivos como acero inoxidable, titanio o Inconel.
2. Estabilidad del arco: cuando el encendido falla, todo falla
En TIG, un arco mal controlado implica:
- Inicios intermitentes
- Fluctuaciones en el aporte de calor
- Zonas de fusión irregulares
Estos problemas suelen deberse a porta-tungstenos desgastados, contactos irregulares o boquillas mal calibradas. El arco TIG necesita un entorno estable para mantenerse suave y focalizado, especialmente en intensidades bajas o cordones finos. Con consumibles convencionales, esta estabilidad no siempre está garantizada.
3. Visibilidad: lo que no ves, no lo puedes soldar
La precisión del proceso TIG exige que el operario vea en todo momento:
- El extremo del electrodo de tungsteno
- El punto exacto de fusión
- La forma del baño y la interacción con el material de aporte
Las boquillas opacas, angostas o mal posicionadas limitan drásticamente la visibilidad. Esto obliga a adoptar posturas incómodas o trabajar con incertidumbre, aumentando el riesgo de defectos.
Cuando estos tres factores no están perfectamente alineados, el resultado es una soldadura deficiente, por más experiencia que tenga el operario. Aquí es donde entra en juego un sistema diseñado específicamente para resolver estas limitaciones técnicas desde el propio consumible.
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